Diari de dibuixant - TPK

Del 2024-12-12 al 2025-01-24

TPK Art i Pensament Contemporani

Av. Josep Tarradellas, 44

08901 L'Hospitalet (Barcelona)

Plinio el Viejo en su Historia Natural, cuenta que el pintor Apeles, el más famoso de la Antigüedad, pintor oficial y amigo de Alejandro Magno, tenía una máxima que cumplía a rajatabla: Nulla dies sine linea (ningún día sin una línea). Desde hace años sigo yo también esta costumbre haciendo al menos un dibujo diario, acuarelas, bocetos o apuntes. Esta exposición expone 365 reproducciones de este "Diario de Dibujante", un año de mi vida.

Con Carmen Marcos nos conocemos desde principios de los años setenta cuando coincidimos con ella en la Escuela Superior de BBAA Sant Jordi de Barcelona. Con ella, Xaro Castillo y Adelaida Murillo realizamos la que creo debe ser una de las primeras exposiciones de cada uno. El proyecto era una especie de homenaje a la revolución de los claveles de Portugal del año 1974. La exposición en principio se iba a realizar en la sala de exposiciones de la Escuela de BBAA, pero a última hora desde la Dirección se rechazó la idea y se realizó en el Casal Catòlic de Sant Andreu gracias a que, cosas de la época de la dictadura franquista, el Casal Catòlic estaba ocupado en su mayoría por militantes de los clandestinos PCE y PSUC . Mas adelante Carmen, Adelaida y Xaro realizaron Del’encís i l’estranyesa , libro-objeto donde invitaron a participar a Andrés Vicente Estellés, Luis Eduardo Aute, Joan Brossa, Joan Casas, Enric Casasses, Victor Compta, Feliu Formosa, Javier Lentini, Jesús Lizano Francesc Parcerisas, Xavier Diaz Guinot, Albert Telese, Joan Masdemont, Baltasar Porcel, Toni Turull i Lisardo Zunzunegui. Su heterodoxia les llevo a solicitar el prólogo del libro- objeto, erótico por otra parte, a Pere Pascual, catedrático de Física Teórica de la Universidad de Barcelona. Estos tres datos, el social, el temático del libro-objeto y la heterodoxia -dado el tema- de a quien se le pide el prólogo, son fundamentales para entender esa combinación de compromiso con la realidad del momento, al tiempo que se evidencia la capacidad individual de juego y fascinación de lo heterodoxo, mostrado en el libro. Estos factores, la empatía social, la capacidad de riesgo y la heterodoxia han llevado a Carmen Marcos a desarrollar al tiempo que su trabajo personal como pintora, otras aventuras como la creación de la EUROART Salón Internacional de Artistas Contemporáneos Independientes en la Barcelona de los años 90, o a escribir su tesis doctoral “El horizonte como forma simbólica en las arte” , publicación de obligada lectura para toda aquella persona que se quiera adentrar en la problemática que supone para un artista el tratamiento del espacio en su obra, huyendo de la erudición vacua y yendo a aquello que realmente preocupa a quien se propone realizar una obra de arte. También desde hace cuatro años se encarga de organizar el proyecto CECI N’EST PAS en colaboración con el Museo de Etnografía de Jumilla. En este proyecto invita a diversos artistas españoles e internacionales a presentar una obra relacionada con una de las piezas en posesión del Museo incidiendo en la puesta al día de su contenido conceptual.

En DIARIO DE DIBUJANTE el proyecto que presenta en l’Espai Tepekale del TPK Art i Pensament Contemporani, Carmen Marcos sintetiza los tres vectores que han hecho avanzar y afinar su dar sentido a su trabajo y a su vida: una necesidad de compartir con los demás aquello que se posee de una manera singular. La heterodoxia necesaria como para teniendo la capacidad de una profundidad rigurosa, ir a la esencia de ese rigor para mostrarse cercana, con un lenguaje próximo, huyendo de todos aquellos “palabros” no- significantes tan corrientes en el espacio artístico y que únicamente sirven para que los que no tienen nada que decir parezca que dicen algo. El tercer vector es el amor por la pintura que se corresponde a su amor por la vida.

Carmen nos presenta 365 trabajos realizados en acuarela, uno por día, todo un año. Son una parte de las acuarelas –además al tiempo, ha seguido trabajando en cuadros al óleo de diferente formato- que realiza diariamente desde que se trasladó de Barcelona a su Jumilla natal y que envía diariamente a unos cuantos amigos y amigas entre lo que tenemos el honor de encontrarnos. Son trabajos de “línea suelta”, donde la línea y el color se buscan y se separan, se encuentran y se extrañan en total libertad, como en el juego de seducción que proponía el libro “De l’encís i l’estranyesa”, “Del encanto y la extrañeza”. En el fondo de la cuestión siempre late aquello que para mí singulariza el trabajo de Carmen y que lo hace especial: el amor por la pintura y el amor por aquello que pinta. Carmen Marcos no puede pintar algo que no ame, es su manera de hacerlo suyo y es su manera de compartirlo con nosotros, ya sea unas flores, un paisaje, unas frutas o unas personas. Siempre que íbamos a su casa en Barcelona o ahora cuando hemos estado en Jumilla, siempre me detengo ante un cuadro donde había reunido a sus seres más queridos, incluido por supuesto Gremlim, la perra, siempre me ha parecido un cuadro magnifico que transmite felicidad por todos sus poros, un cuadro que te invita a ser parte de él, realizado desde el amor a la pintura que posee Carmen y que nos ayuda a confirmarnos en aquella frase que dice el también pintor Middendorf: “si hubiera otra manera de poder expresar aquello que expreso con la pintura, lo haría”. Podría hablar de la gran cultura musical de Carmen, de lo gran lectora que es y de la gran cultura literaria que posee, o quizás de que sus trabajos me hacer viajar hasta la radical libertad de la cultura inglesa del siglo XX, desde los pintores figurativos, a los escritores que conformaban el grupo de los jóvenes airados, los cineastas del free cinema, lo salvaje de los Jóvenes Artistas Británicos, sin olvidar la música o el teatro, pero prefiero detenerme en esa singularidad de la obra de Carmen de la que ha hablado antes y

tiene que ver con la actitud que se le atribuía a Fra Angélico cuando se decía de él que “pintaba con tanta humildad que parece que se arrodillaba antes de pintar una lechuga”. En estos nuevos e inquietantes tiempos donde Sociedad del Simulacro se impone a la realidad, el ruido a la reflexión y el narcisismo a la empatía, los trabajos de Carmen Marcos y su actitud ante ellos me suponen un oasis de verdad envidiable y esperanzadora.

Agustín Fructuoso, otoño 2024

Participantes

Carmen Marcos

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